Recursos

Hermenéutica y Exégesis: ¿Cuál es su relación y diferencias?


Los libros de la Biblia fueron escritos para audiencias específicas en épocas específicas. De ninguna manera podemos negar que tengan aplicación y sean útiles para la iglesia contemporánea, pero debemos reconocer que tuvieron una audiencia original cuando fueron escritos y, a menos que “nos pongamos en los zapatos” de esa audiencia original, no podremos captar correctamente el mensaje que contienen

El tiempo y la distancia que nos separa de la audiencia original hacen necesario que hagamos un estudio profundo de las Escrituras para poder interpretarlas, entenderlas y aplicarlas correctamente. 

Hacer caso omiso de esto y pretender acercarse a las Escrituras asumiendo que las diferencias entre el entonces y el ahora no son de consideración, puesto que la Palabra de Dios es eterna, es una receta segura para caer en una interpretación incorrecta de la Biblia.

Ciertamente, la Palabra de Dios es eterna y tan aplicable el día de hoy como cuando fue escrita. Pero, para poder entenderla correctamente tenemos que saber qué es lo que el autor original quiso decir a la audiencia original. Una vez que esto haya sido entendido, y solo entonces, se podrán conocer las implicaciones para la audiencia actual. 

Esto requiere un trabajo de interpretación y es allí donde nos ayudan la hermenéutica y la exégesis. Sin embargo, debemos entender qué es cada una de ellas, para qué nos sirven y cuáles son sus diferencias.

Qué son la hermenéutica y la exégesis

El Diccionario de la Lengua Española define la exégesis como “explicación, interpretación”. Este mismo diccionario nos dice que la hermenéutica es el “arte de interpretar textos, originalmente textos sagrados”

A partir de estas definiciones básicas, podemos ver que tanto la exégesis como la hermenéutica nos sirven para poder interpretar un texto. Pero requerimos una explicación más detallada que nos permita ver con mayor claridad de qué manera nos ayuda cada una para interpretar la Biblia

Hermenéutica

Para ello, resulta muy útil consultar la definición que nos da Terry en su libro “Biblical Hermeneutics“, el cual fue “considerado por los evangélicos como la obra estándar sobre hermenéutica bíblica durante la mayor parte del siglo XX”. Dice Terry:

La hermenéutica es la ciencia de la interpretación. La palabra se aplica usualmente a la explicación de documentos escritos y, por tanto, puede ser definida más específicamente como la ciencia de la interpretación del lenguaje de un autor. Esta ciencia asume que hay diversos modos de pensamiento y ambigüedades de expresión entre los hombres, y, por consiguiente, busca quitar las supuestas diferencias entre un escritor y sus lectores, de modo que el significado del uno sea verdadera y exactamente entendido por los otros.

Esta definición nos muestra que la hermenéutica es básica para entender correctamente un texto, y, en el caso que nos interesa, para entender correctamente la Palabra de Dios. 

De hecho, algunos autores hablan de una hermenéutica general que establece los principios que aplican para interpretar cualquier tipo de literatura y varias hermenéuticas especiales que ayudan a interpretar los diferentes géneros literarios. 

Hay, por tanto, una hermenéutica bíblica para interpretar las Sagradas Escrituras, y diversas opiniones en cuanto a la necesidad o no de dividirla en hermenéutica del Antiguo Testamento y hermenéutica del Nuevo.

Y ciertamente, hay entre nosotros y los escritores bíblicos, como dice Terry, “diversos modos de pensamiento y ambigüedades de expresión”. Y no solamente entre nosotros y los escritores bíblicos, sino también entre nosotros y los destinatarios originales de sus escritos. 

Duvall y Hays afirman que “estamos separados de los receptores bíblicos por cultura, costumbres, idioma, situación y una enorme extensión de tiempo”.  Y agregan que, en el caso del Antiguo Testamento, se añade una dificultad adicional: “Entre nosotros y los receptores del Antiguo Testamento existe una barrera porque estamos bajo pactos distintos”.

En conclusión, la hermenéutica busca “establecer los principios, métodos y reglas que son necesarias para revelar el sentido de lo que está escrito”. 

Exégesis

Si te preguntas cuál es la diferencia entre exégesis y hermenéutica, por su parte, la exégesis es “la aplicación de estos principios y leyes, el expresar con una afirmación formal, y con otros términos, el sentido de las palabras del autor. 

La exégesis se relaciona con la hermenéutica como la predicación con la homilética o, en general, como la práctica con la teoría”. Pero, además, escuchemos lo que el Dr. Thomas dice acerca de la exégesis:

La exégesis se ocupa de los lenguajes originales de la Escritura, griego en el Nuevo Testamento, hebreo y arameo en el Antiguo Testamento. No se contenta con las incertidumbres de trabajar en base a una traducción o traducciones. Estas jamás abarcarían todas las sugerencias del texto original. Este es el aspecto clave en el cual el expositor puede añadir al conocimiento del texto de sus oyentes, porque ellos usualmente estarán limitados en cuanto a lo que puedan derivar de una traducción en su idioma nativo.

Esto quiere decir que, para dicho autor, el estudio de los idiomas originales es fundamental para poder hacer una exégesis correcta y, luego, a partir de dicho estudio, predicar un determinado pasaje bíblico. 

Esto está en línea con lo dicho por Terry: “Una familiaridad concienzuda con el genio y las estructuras gramaticales de los idiomas de la Biblia es esencialmente la base de toda interpretación sana. Una traducción, sin importar qué tan fiel sea, es por sí misma una interpretación y no puede hacerse con seguridad un sustituto de la investigación original e independiente”.

¿Qué aprender primero la exégesis o la hermenéutica?

Aparte de los principios hermenéuticos y de los idiomas originales, Thomas también habla de una serie de elementos claves que contribuyen al trabajo exegético. Estos elementos son:

  • Un texto bíblico fijado mediante una aplicación válida de principios de crítica textual.
  • Un estudio de palabras individuales, sus trasfondos, su derivación, su uso, sus sinónimos, sus antónimos, sus usos simbólicos y otros aspectos léxicos. Del mismo modo, un estudio sintáctico, es decir, de la manera en que se unen las palabras en oraciones, párrafos, secciones, etc.
  • Una minuciosa familiarización con el trasfondo histórico de cada libro.
  • Un aprovechamiento del rico tesoro de enseñanza bíblica publicada a través de los siglos de la era cristiana.

De este modo, podemos ver que, aunque la exégesis se basa en la aplicación de los principios hermenéuticos, no se limita únicamente a eso, sino que es enriquecida por diversos elementos adicionales que contribuyen al entendimiento claro del texto bíblico por parte del exégeta.

Ahora bien, todo cristiano que quiera estudiar la Palabra de Dios necesita convertirse en un exégeta para poder entenderla correctamente. ¡Cuánto más un pastor o maestro de la Biblia que pretenda enseñar a otros! Todo maestro bíblico está bajo el mandato de 2 Timoteo 2:15: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (énfasis mío).

Dice el pastor Richard Mayhue: “La palabra que se traduce ‘usa bien’ es la palabra griega orthotomeõ, que significa ‘cortar derecho’”. A continuación, Mayhue muestra cómo esta palabra era usada para describir diferentes tipos de cortes rectos en diferentes disciplinas y agrega: “Y así es con la responsabilidad sagrada de interpretar la Palabra de Dios. Debemos cortarla derecho. Estamos manejando la Palabra de Dios, no la nuestra. Nuestra tarea es ser heraldos, no editarla. Somos mayordomos, no la autoridad final”. ¡Que nuestra actitud al acercarnos a las Escrituras muestre que lo hacemos con reverencia y no con presunción! ¡Que seamos diligentes en nuestra exégesis para extraer el significado original del texto y no imponerle el que nosotros creemos que debe tener!

Cómo aplicamos hermenéutica y exégesis en SEPEGlobal

Por lo dicho anteriormente, se puede ver que es necesario aprender los principios de la hermenéutica antes de poder aplicarlos a la exégesis. Es por ello por lo que la primera materia que impartimos en SEPE a nuestros estudiantes es precisamente la hermenéutica. 

Queremos que nuestros alumnos, desde el comienzo de sus estudios, aprendan las reglas de interpretación bíblica que les permitan llegar al significado correcto del texto sin que cada uno quiera imponer sobre él sus propias ideas preconcebidas.

Posteriormente, después de estudiar algunas materias más de teología y gramática griega y hebrea, introducimos a nuestros alumnos a la exégesis en los idiomas originales

El enfoque de nuestros cursos de hermenéutica y exégesis es que los estudiantes puedan ver por sí mismos por qué a veces un mismo pasaje puede ser entendido en más de una forma, y cuáles son los elementos a su disposición para poder determinar cuál de ellas es la correcta.

¿No te gustaría desarrollar la capacidad para ejercer este tipo de discernimiento de manera objetiva? Te invitamos a estudiar con nosotros en SEPE Honduras, SEPE México o SEPE Global.

Bibliografía

Duvall, J. Scott y J. Daniel Hays. Hermenéutica: Entendiendo la Palabra de Dios. Barcelona: Editorial CLIE, 2008.

Mayhue, Richard. How to Study the Bible. Geanies House, UK: Christian Focus Publications, 2014.

Terry, Milton S. Biblical Hermeneutics: A Treatise on the Interpretation of the Old and New Testaments. Nueva York: Phillips & Hunt, 1883.

Thomas, Robert L. “La exégesis y la predicación expositiva” en La Predicación: Cómo Predicar Bíblicamente, 161–78. Nashville, TN: Grupo Nelson, 2009.

———. “The Principle of Single Meaning”. The Master’s Seminary Journal 12, no. 1 (Primavera 2001): 33–47.

———. Evangelical Hermeneutics: The New Versus the Old. Grand Rapids: Kregel Publications, 2002.