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¿Por qué ser fieles en la Predicación del Evangelio?


Descubre la importancia de ser fieles al predicar el evangelio. Reflexión bíblica sobre el llamado, la responsabilidad y el ministerio del evangelista cristiano.

Atendiendo a tan santa labor de predicar su palabra dentro y fuera de una iglesia local, ¿por qué ser hallados fieles? ¿por qué tener las herramientas correctas para interpretar eficazmente el mensaje de Dios y proclamarlo diciendo: “así dice el Señor”? 

La importancia va mucho más allá de guardar o tener una buena reputación. Esto se remonta a que proclamamos a Cristo con el fin de presentar perfecto a todo hombre en Cristo Jesús (Col 1:28); además, de que Dios nos reconcilió consigo mismo por Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación (2Cor 5:18). En el que se nos exhorta a ser sobrios, soportar las aflicciones, a hacer obra de evangelista y cumplir con el ministerio (2 Tim 4:5)

Ante tal verdad, hay al menos tres motivos para ser fieles en la proclamación del evangelio. 

En el evangelio proclamamos a Cristo. Esta verdad es suficiente para hacernos temblar. Somos portavoces de un testimonio verdadero, poderoso para dar vida a muertos en delitos y pecados. Como lo expresa el apóstol Pablo en 1 Cor 2:1. “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. 3Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”1

Como se observa en Colosenses 1:3-8. A modo de exageración, se afirma que el evangelio estaba llegando a todo el mundo como también a la ciudad de Colosas. La evidencia de su llegada era “la fe que tenían en Cristo Jesús”. Históricamente hay poca evidencia de que el apóstol Pablo hubiera llegado a la ciudad para predicar el evangelio. Pero es evidente que fue Epafras el misionero, no solo en Colosas, sino también en Laodicea, e Hierápolis Col 1:7; 4:12-13. 

Fue un fiel siervo de Dios al predicar a Cristo ya que la fe para salvación había llegado. No solo lo escucharon sino que lo recibieron. El texto es claro al enfatizar que la fe de ellos, una fe personal en “Cristo Jesús”, el Dios-hombre era evidenciada por el “amor que tenían a todos los santos”. Un amor fruto del Espíritu Santo Col 1:8. Además de ser motivado por la esperanza reservada en los cielos. 

Todo esto sucedió porque escucharon la palabra de Dios fielmente. No les fue predicado un mensaje adulterado. Tal fidelidad es necesaria hoy en día puesto que estamos llamados a predicar el mismo mensaje, predicar a Cristo y a este crucificado. 

Una segunda razón es que en el evangelio somos transformados. AnalizandoCol 1:5-6 dice: …a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad”. 

El amor que viene de Dios es practicado por causa de la esperanza reservada en los cielos que se predica en el evangelio. Esto “ya lo habían escuchado” Pero no como cualquier evangelio, sino como “la palabra verdadera” 

Esta palabra verdadera es la que estaba transformando los corazones de los creyentes en Colosas. 

Al menos hay dos evidencias en este pasaje de esa transformación que Dios hace en el creyente: la palabra verdadera del evangelio lleva fruto. Su traducción más literal es: “está llevando fruto” esto enfatiza una transformación constante. 

En el contexto de Colosenses, “el fruto” consiste en “las buenas obras” Col 1:10. Es la misma verdad que se afirma en Efesios 2:10 como en toda la biblia. Dios salva para dejar de hacer malas obras para hacer lo que es bello, bueno, justo, santo. Esto es posible también por todo lo bueno que en Cristo Jesús existe en todo creyente. Fil 5-6. 

El evangelio no solo lleva fruto sino también está creciendo. “Crece en vosotros”. Sin importar el lugar a donde llegue, ya sea a todo el mundo o a individuos, el evangelio está creciendo. Nuevamente utilizando el contexto más cercano del pasaje, el evangelio crece hacia el conocimiento de Dios. Col 1:10. Sin embargo, este conocimiento no consiste en información sino en transformación del corazón. Motivo suficiente para ser fieles en la predicación del evangelio porque es el evangelio el que está transformando los corazones.   

Una última razón es que, en el evangelio somos servidores de Cristo. 1:7-8: “…como lo habéis aprendido de Epafras nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, 8quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.” 

Observe las descripciones dadas a Epafras. Su trabajo como predicador y maestro es aprobado. “…tal como lo habéis aprendido de Epafras” Esto se refiere a que los Colosenses no recibieron el evangelio como mensaje inventado, sino como palabra de Dios. Eso es lo que sucede cuando predicamos a Cristo fielmente. Solo llegamos a ser instrumentos en las manos de Dios. 

También lo describe como “consiervo amado” Siendo un apóstol, enviado por Jesucristo mismo y respaldado por la voluntad de Dios, llama a Epafras “su consiervo amado”. Ambos son servidores de Cristo. Luego añade: “que es un fiel ministro de Cristo para vosotros” Comparado a los falsos maestros de su época, Epafras estaba permaneciendo fiel. Fue reconocido como “ministro fiel y ministro de Cristo”. Siendo más literal al texto, implica ser esclavo de Cristo. Y eso es lo que somos, esclavos de Cristo para servir a su iglesia, la cual él compró con su sangre. 

Que seamos tomados como siervos de Cristo para su iglesia conlleva la responsabilidad de ser fieles a su santo evangelio. Pero para ello se necesita ser entrenado con las mejores herramientas y con los ejemplos dignos de imitar de quienes viven como esclavos de Cristo. 

¿Busca ser un fiel ministro de Cristo en la iglesia donde Dios lo ha puesto para apacentarla?

SEPE es el lugar ideal para ser entrenado.  


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Autor: Darwin Reyes