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Cristo: La «Simiente» Prometida en los Pactos Abrahámico y Mosaico


¿Cuál es la relación entre la Simiente y los pactos Abrahámico y Mosaico?

En este breve artículo, se busca exponer de manera breve la relación que existe entre la «simiente» y los pactos bíblicos Abrahámico y Mosaico que ayuda al estudiante de SEPEGlobal a entender el contexto teológico que rodea el pasaje o libro de estudio. Los pastores que se capacitan en SEPEGlobal, aplican una hermenéutica literal, gramático e histórico en el AT de manera que les permite a través de un proceso exegético fiel, “entender más y más el significado de Su Cristo glorioso y todo-suficiente para uno mismo y Su Iglesia, y a base de tal compromiso y entendimiento, exaltar a Cristo con poder, pasión y precisión en su predicación para el complacimiento del Padre”

La Simiente

En Génesis 3:15, encontramos lo que a través de la historia ha sido llamado como el protoevangelio, es decir el primer anuncio del evangelio. Este versículo declara un cuadro simbólico de la lucha entre Satanás y el Hijo de Dios. Representa la primera promesa registrada en la Biblia. Esta promesa es fundamental en la teología cristiana, ya que anticipa y prefigura la obra redentora de Cristo. En este versículo, declara que la «simiente» de la serpiente herirá a la «simiente» de la mujer, y viceversa.

La simiente de la serpiente es una referencia a Satanás, mientras que la simiente de la mujer es una referencia a Cristo. La frase «ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar» significa que Satanás causará una herida (crucifixión) a la simiente de la mujer (Cristo), que no será fatal ni definitiva pero al hacer esto Cristo le propinaría una herida mortal y definitiva, simbolizando su derrota final.

Así, «la simiente» es un símbolo de Cristo quien representa la esperanza de la humanidad en la liberación del pecado y la restauración de la relación con Dios a través de su venida y obra expiatoria en la cruz del calvario.

El Pacto Abrahámico

El libro de Génesis se divide en dos secciones, la historia primitiva (1–11) y la historia patriarcal (12–50). Estas dos secciones están estrechamente relacionadas y abordan el problema y su solución. En la historia primitiva presenciamos el origen de todas las cosas. Se expone el problema que afecta a todas las familias de la tierra, es decir que despues de Génesis tres todas las familias de la tierra se encuentran bajo condenación. Sin embargo, en medio de este contexto sombrío, Dios hace una promesa crucial: la promesa del Salvador, que se encuentra en Génesis 3:15. A partir de ese momento, surge la pregunta fundamental: ¿Quién será este Salvador prometido? A lo largo de la primera sección, se nos revela claramente que ninguno de los descendientes de Eva cumplen con los requisitos para ser ese Salvador, ya que todos son pecadores y necesitan desesperadamente de un Redentor.

En la historia patriarcal, específicamente en el capítulo doce, se inicia el relato de la redención que culmina en el hijo de Abraham, es decir Cristo (Mt. 1:1). Dios hace una promesa (colocandose a sí mismo bajo juramento) a Abraham y a su descendencia, que no solo incluye a Israel, sino que también abarca a todas las «familias de la tierra».Pero, ¿cómo se llevará a cabo esta bendición universal? El texto bíblico establece claramente que será a través de «la simiente» de Abraham que Dios podrá bendecir a todas las familias del mundo. ¿Cómo es esto posible si el hombre está destituido de la gloria de Dios? (Ro. 3:23). Se hace posible mediante la obra expiatoria de Cristo en el Calvario. En ese momento, Él asumió el castigo que justamente merecíamos por desobedecer la ley. Pero no se detuvo ahí; al aplacar la ira divina que debía caer sobre nosotros, abrió la puerta para nuestra justificación. Dado que para acceder a las bendiciones divinas se requiere una justicia perfecta, la fe nos permite recibir la imputación de la perfecta justicia de Cristo. Así, revestidos con su justicia, estamos capacitados para participar plenamente de las bendiciones reservadas para aquellos que permaneces unidos a Cristo. Es así como el pacto con Abraham tuvo cumplimiento total en el pacto de Jesucristo.

El Pacto Mosaico

El libro de Éxodo relata cómo el pueblo de Israel creció rápidamente a pesar de vivir bajo la esclavitud en Egipto. Narra cómo Dios castigó a los egipcios y liberó al pueblo de Israel de su opresión. Además, nos relata cómo finalmente se convirtieron en una nación que fue guiada y gobernada por Dios hacia la Tierra Prometida.

Las bendiciones de las cuales habla el pacto Abrahámico nunca podrían suceder estando Israel esclavizado en Egipto. Es así que Dios los libera y establece las leyes necesarias (Pacto Mosaico) para revelar la santidad y la justicia de Dios, además de detallar y gobernar su relación con Israel. La obediencia a dichas leyes, era el medio necesario para que Israel permaneciera conectado a dichas bendiciones. Dicho pacto muestra la incapacidad de los israelitas (y todo el mundo) de cumplir la ley de manera perfecta. Esto destaca la necesidad de un Salvador, que es Jesucristo, quien cumplió perfectamente la ley y se convirtió en la simiente prometida. Cristo cumplió y transformó el pacto. Él no vino a abolir la ley, sino a cumplirla, llevándola a su plenitud (Mt. 5:17). Su sacrificio redentor puso fin al sistema legal del pacto mosaico, llevando a una nueva era de justificación por fe. Cristo, al ser el cumplimiento final de la ley (Ro. 10:4), permitió que aquellos que creen en Él accedan a la justicia no por obras de la ley, sino por la fe en su sacrificio expiatorio (Ef. 2:15; Gá. 3:24–27). La llegada de Cristo marcó una transición crucial del pacto antiguo a al nuevo pacto, basado en su gracia y la fe en su obra redentora.

Conclusión

Al relacionar estos conceptos, se vuelve evidente que solamente a través de la «simiente», es decir, Cristo, todas las familias de la tierra pueden experimentar las bendiciones divinas prometidas al pueblo de Israel en el Pacto Abrahámico. Además, solamente a través de Cristo estas familias pueden cumplir de manera perfecta la ley de Dios establecida en el Pacto Mosaico, gracias a la imputación de la justicia de Cristo. Esto les habilita para participar plenamente en todas las bendiciones que se les ofrece. Como estudiante de SEPEGlobal, serás capacitado para predicar a Cristo “La simiente” de manera fiel de toda la biblia. Te invitamos a formarte como un predicador Cristocéntrico que predica a Cristo, con Poder Pasión y Precisión.

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Autor: Pastor Jimmy O. Matute