¿Amas a la grey como dices que la amas? El ministerio está lleno de desafíos y retos que muchas veces van más allá de nuestras fuerzas y capacidades, debido a esta complejidad, muchos optan por lo más fácil y menos costoso. Por otro lado, está el amor propio, que compite contra nuestra lealtad a Dios y nuestro amor a los hermanos.
Este amor propio no es algo nuevo, se ha visto a través de los años como ha destruido personas, familias, e iglesias. Incluso los lideres de Israel Dios mismo los exhortó por solo beneficiarse del pueblo y no velar por el bien de ellos.
Ezequiel 34:1-6
2 «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores, los líderes de Israel. Dales este mensaje de parte del Señor Soberano: “¡Qué aflicción les espera a ustedes, pastores, que se alimentan a sí mismos en lugar de alimentar a sus rebaños! ¿Acaso los pastores no deben alimentar a sus ovejas? 3 Ustedes beben la leche, se visten con la lana y matan a los mejores animales, pero dejan que sus rebaños pasen hambre. 4 No han cuidado de las débiles; no se han ocupado de las enfermas ni han vendado las heridas; no salieron a buscar a las descarriadas y perdidas. En cambio, las gobernaron con mano dura y con crueldad. 5 Por eso mis ovejas se dispersaron sin pastor y son presa fácil de cualquier animal salvaje. 6 Han deambulado por todas las montañas y las colinas sobre la faz de la tierra; sin embargo, nadie salió a buscarlas. NTV
El profeta Ezequiel declara un mensaje de juicio y reproche hacia los líderes de Israel, quienes eran responsables de cuidar el rebaño (el pueblo de Dios). Dios mismo acusa a estos líderes de ser negligentes, egoístas y amadores de sí mismos, ya que no habían cuidado adecuadamente del pueblo. En lugar de apacentar al rebaño, se habían aprovechado de él para su propio beneficio.
Estas palabras fueron dichas en un momento de crisis en Israel, durante el exilio babilónico, cuando el pueblo estaba desamparado y sin guía espiritual. Dios denuncia la falta de liderazgo y la corrupción de los lideres, señalando que, en lugar de alimentar y proteger al pueblo de Él, ellos mismos se han enriquecido a expensas de los débiles y necesitados.
Este relato es muy parecido a lo que vemos hoy en día de manera regular. Hay muchos que están liderando iglesias por el mundo, aprovechándose de los faltos de conocimiento. Lo alarmante es que esto también se ve dentro de los círculos denominados de ‘sana doctrina’.
Creo que es conveniente ver de cerca como era la vida de Cristo y como demostró un amor genuino y sacrificial por las ovejas, un verdadero pastor de las almas, el príncipe de pastores.
En Juan 10 vemos a Cristo acusando a los líderes de ser impostores y ladrones, y lo contrasta declarando que Él es el buen pastor. El pastor perfecto es aquel que pone su vida en favor de las ovejas.
En Juan 15:13, Jesús dice: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” Aquí, Jesús muestra el amor más grande que se puede experimentar, el de sacrificarse por los demás.
En Efesios 5:2, Pablo exhorta a los cristianos a seguir el ejemplo de Cristo:
“Y andar en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” Aquí, el amor de Cristo no solo se presenta como un modelo, sino también como un estándar para cómo los creyentes deben vivir.
El amor de Cristo se caracteriza por ser un amor perfecto, que busca la reconciliación con Dios. Este amor es la base de la fe cristiana, pues a través de él, los creyentes experimentan la gracia, el perdón y la salvación.
Como hijos de Dios y mucho más como lideres llamados por Él tenemos el privilegio de liderar a Su pueblo, estamos en la obligación de cuidar el pueblo de Dios tal como él lo cuidaría.
Déjame mostrarte algunos ejemplos claros que Dios ha querido que queden registrados en las Escrituras.
Moisés fue un hombre que muchas veces intercedió en favor del pueblo, Éxodo 32 registra como el pueblo se desvió de la adoración exclusiva de Dios y adoraron un becerro de oro. Dios en respuesta a este pecado quería mostrarles su ira y consumirlos, Moisés oró en favor del pueblo mostrando un amor especial al pueblo que Dios le había dado para guiar.
Pablo fue un hombre que llevaba las marcas de Cristo en su cuerpo, literalmente entrego su vida por la causa de Cristo. Hay varios pasajes que demuestran su amor por el pueblo del Señor, por ejemplo, en 2 Corintios 11 el apóstol después de enlistar los sufrimientos que tuvo que padecer culmina diciendo cuál era su mayor preocupación.
2 Corintios 11:28: Y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día: la preocupación por todas las iglesias.
Aquí Pablo expresa cómo las preocupaciones por el bienestar espiritual de las iglesias que había fundado y pastoreado le pesaban constantemente. Esta preocupación por la grey de Dios era una carga para él.
Otro pasaje que resuena en mi mente es 2 Corintios 12.14-15 cuando el apóstol describe su deseo de visitarles a pesar de que esta iglesia le había dado la espalda hasta el punto de desconfiar de su llamado y su carácter.
El apóstol Pablo hace claro, cuál es el propósito de su visita y su motivación.
14He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. 15Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.
Claramente se ve un amor sacrificial de parte del apóstol Pablo para el pueblo de Dios.
En 1 Tesalonicenses 2:7-8, Pablo expresa el cariño con el que trató a los creyentes de Tesalónica:
Antes bien, fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiésemos querido entregaros no solo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy amados.
Pablo compara su relación con los creyentes con la de una madre que cuida de sus hijos, mostrando un amor tierno y sacrificial por ellos.
Cuando vez tu vida ministerial y el privilegio que Dios te ha concedido de servirle ¿puedes ver este amor abnegado en ti?, ¿se pare tu amor al amor de Cristo por Su pueblo? ¿Realmente amas al pueblo de Dios o te amas más a ti mismo? ¿Te preocupan las almas?
Mi oración es que cada día crezcas en un amor vertical para que tengas los recursos para amar de manera horizontal. Crece en tu amor hacia Dios y estarás capacitado para amar a al pueblo de Dios.
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Autor: Prof. Edwin Zelaya